miércoles, 7 de septiembre de 2011

el pan- -

-Parte 1ª-- NOS RELAJAMOS.-

-Lo que a mí me pasa con el pan, no es muy difícil de explicar, quizá sí lo sea de entender, pero allá va..., lo suelto , y así pasamos el rato.
-Amo a la masa-madre; aunque con la que más riñas tengo es con su hija(la masa sin más), a la madre la quiero con locura. Y sí que puedo decir que la he parido (mujeres y hombres del mundo, unios..., adorar a la masa-madre), y, además, la he visto crecer, con mimos, y... cuanto la costaba andar, y miralá ahora, no para, la buena moza.
-Lo que nos pasa, como a la mayoría, es que no terminamos de congeniar todo lo que nos gustaría; ella tiene un ritmo endiablado y todos los días hay que saciarla, y, oye, uno ya va tirando "pa rriba", y lo que antes era: -vamos a corrernos una juerga-, ahora es: -vamos a tomarnos un descanso-, así que, después de darle muchas vueltas, he decidido,-muy a mi pesar-, que de quien debo tirar del carro es de la hija, de quien debo darle caña ahí, "pa" sacar una familia adelante, y poco a poco he ido haciendo "filling", con la MASA.
-Con ella he empezado a ver la vida de otra forma, con más energía, siempre hacemos una pequeña visita a la masa-madre, pero ya no es lo mismo, ahora tenemos nuestro rato de relax, calentitos.
-Yo a ella la doy masajes, que la gustan fuertecillos, ahí, apretando, para que luego se pueda tensar bien a gusto; además, a veces, la he hecho cosas ricas, vamos, que se me pone como una moto, incluso alguna vez que otra, la he tenido que meter en agua fría para que se templase un poco.
-Y claro, ella no se queda atrás devolviéndome todo el amor que yo la doy. Tenemos poco conocimiento aún, el uno del otro, pero todavía no he encontrado otra masa, que me haga más feliz que esta.
-Empezamos muy prontito, a "en-punto-la-mañana", -que dicen en mi pueblo-, nos estamos despertando aún, y ya empezamos con los jueguecitos.
-Yo me visto de blanco, y eso, a ella, la pone un montón; enseguida la preparo un baño a una temperatura ideal, y la voy mezclando ingredientes suavemente, como acariciándola la espalda.
-Ella nota el calor de mis manos enseguida, y se deja hacer.
-Es entonces, cuando aparece la masa-madre y nos corta un poco el rollo, aunque la pongo un poco de líquido acuoso, la añado a la masa y, ella solita, ya se pone a comer lo que toque ese día.
-Esa fuerza la coge la hija, que es ahora, cuando empieza a exibirse y a mover ese cuerpo con una elasticidad que, a veces, me sorprende hasta a mí, y ya no paramos;-"pim-pam!!, pim-pam!!"..., hasta que llegamos al primer "clímax".
-Y ahora sí.; relax, un cigarrito y a reposar, en el caso de mi parienta, a ella le gusta llamarlo, -fermentar-, una horita o dos, según tenga el día la moza, se me hincha como un pavo y... vuelve a pedirme guerra.
-Ahora ya es otra cosa; ella esta en su plenitud, y yo, me lavo bien las manos, me las seco con un papel suave, y al Ataque!!.
-Este es el rapidillo; Yo la estiro, a ella, y me suelta sus aromas, yo la trenzo y, ella, a veces, de lo brava que está, se me encoje; entonces yo la dejo reposar un poco, ella se me relaja, y es , entonces, cuando unimos nuestros rollos metafisicos y creamos la primera parte de nuestro pan. Segundo climax.
-Ella necesita reposo, y yo, la entiendo. Yo también necesito un poco de teoría, para ponerme al día y conocer un poco más, de lo que es y, quien la acompaña, a esta hermosura que me tiene cautivado.
-Normalmente nos apetece más la intimidad, aunque, alguna vez, solemos hacer fiestas en casa, he invitamos a amigos que ya están en nomina, como los Señores huevo:(estos son un poco raros); a veces, se enfadan y viene cada uno por su lado, y , otras, llegan tarde, corriendo, y hay que tratarles con mucho cuidado para que no se bajen, que, casi prefiero a su amiga Nata, que cuesta menos montarla, y además, a esta la va más el frío, como a mí.
-La mantequilla también me pone, pero menos; ella es más de hacérselo sola y con un toque de calor se deshace solita, no así los frutos secos, que esos aguantan hasta el final, aunque siempre acaban un poco tostados.
-A veces también suele aparecer mi primo, el aceite de oliva, y siempre bien embadurnado de colonia, por toda la casa , deja su olor característico, aunque viene poco; es más del Sur.
-El que no suele fallar, es el azúcar; tan dulce él, todo lo deja salpicado con su aroma, y, aunque se va prontito, siempre deja algún sabor para el recuerdo.
-Hay otros tantos que suelen aparecer de tarde en tarde, y, poniendo cada uno un poquito, hacemos unas fiestas qué, aunque terminemos tarde, siempre acabamos teniendo apetito.
-Y es cuando aparece ella, mi masa, toda rellenita, deseando entrar en el horno, donde, por esas cosas que pasan en la vida, se convierte el pan; lentamente, se hincha un poco, para ir cogiendo un brillo, y, un color, que dan ganas de entrar con ella, y pasar allí el resto de tus "cortos" días, por que sí lo hiciese sí que iban a ser cortos, sí.
-Yo prefiero esperar a que ella se transforme y cuando ya esta me da un toque, yo la saco del horno, y la dejo que se enfrie.
-La dejo tranquila, en una rejilla, y lo que en un principio eran para-bienes, ahora, la dejo secarse bien por dentro, y apenas la digo nada, y espero, (con ansia, sí), el momento de incarla el diente.
-Ni que decir tiene, que acabó con ella, ni las migas dejó, unas veces, con chorizo, otras, untando un huevo, pero sabiendo que mañana, volveremos a estar juntos, un día más, mi masa
y yo, y nos amaremos como si no hubiese otro mundo, ni otra mañana. Te quiero Masa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario