viernes, 15 de enero de 2010

HAITI Y EL MUNDO....

Las catástrofes naturales, son , sin duda, tan imprevisibles, a veces, como dañinas, y muy dolorosas, si contamos, además, con el añadido de que, por desgracia, las personas que lo sufren, se convierten, por supuesto sin quererlo, en actores de una película de terror.
Destaca sobremanera, el esfuerzo que hace el mundo para sobresalir cuando surgen estas catástrofes, salen a la luz , de cualquier manera, las portentosas ayudas que llegan desde , tanto personas, como grupos, y que, dicen, les hace sentir mas humanos.
Vivimos en un mundo hipócrita y absurdo, donde la máxima es el querer y no el poder, yo quiero, pero no puedo, cuando todos tenemos bien claro que se puede, y que , sin embargo solo se utiliza para no alterar nuestro bienestar y si aprovecharnos de las desgracias ajenas.
No soy exageradamente sufridor, aunque si que me duele, el sufrimiento ajeno, y duele mucho ver, pero, quizá demasiadas pocas veces, suelo pensar en la forma en la que los humanos mas podemos sufrir, y tengo bien claro, que , mientras yo ando dándole vueltas al coco, en esos mismos instantes, alguien lo esta sufriendo, incluso más, siempre es posible, de lo que soy capaz de imaginar.
Estas reflexiones no pretenden ser contradictorias, pero no me vale destacar el sufrimiento de un grupo, en un momento destacablemente duro, por encima del que sufren de continuo otros miles de millones, y que se destaque sobremanera el esfuerzo de aquellos que desaparecen cuando, a diario, se les reclama para, simplemente, dejar de sentirse superiores a los demás.
¿Cuando es mayor el sufrimiento?,
-Cuando lo vemos en directo, y cuando vemos que todos pretender hacer llegar sus condolencias, o cuando no se ve, cuando aquellas personas que lo sufren, tienen muy claro que nadie quiere saber, y cuando tienen asumido que su pesar solo se acabara una vez que estén muertos.
Existen medios en este, nuestro mundo, para evitar que sufran las personas que en el viven, no solo ayer o hoy , sino día a día, mañana o dentro de un mes, y, por encima de estas ayudas temporales, y recalco, en muchos casos, interesadas, están las que debemos usar todos los días, y sobremanera, en aquellos estados, independientes, dictatoriales, absurdos, caóticos, pero que tienen en su haber el poder de sus mandatarios, a costa de la muerte y de la desgracia de gran parte de su pueblo.
Poco mas que decir, aunque en mi cabeza fluyen constantemente palabras que definirían mucho mejor las desgracias; uniones , simplemente económicas, la vista gorda, mientras tiran de visa, la desgracia de muchos, a costa de cuatro desalmados, y , donde a quedado bien claro , por parte de alguno, que es mejor dejar que te den una hostia los domingos, eso si, consagrada, que acudir al llamamiento del dolor diario, del miedo, y queda bien claro, que, para parte e esta sociedad, queda mejor colaborar en aquellos sitios donde llega la tele.
Quiero acabar esta reflexión, haciendo una suplica para aquellas personas que están sufriendo en primera persona, ese dolor que no tiene señas de identidad, en gran medida impuesto por la impotencia, y el cual no tendría que sufrir nadie, y queda claramente reflejado en las caras, con la mirada perdida, sin deseos , sin hambre, sin encontrar una explicacion..., sin una sola explicacion , siempre perdiendo.

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